Hoy vamos a escribir sobre una joya que llega ya a sus 45 años, obra que es un icono para el sello discográfico ECM, en este disco se presenta un cuarteto que reúne a cuatro de las grandes figuras de este corporativo, Solstice es un álbum del guitarrista estadounidense Ralph Towner que cuenta con Jan Garbarek , Eberhard Weber y Jon Christensen. Grabado en Oslo en Diciembre de 1974 y etiquetado por ECM con el numero de serie 1060. Podría decirse que esta es la primera grabación que desarrolla completamente la extensión auditiva por la que se ha conocido a ECM.
Aunque soy muy consciente de la inmensa oleada de actividad musical que fue en la década de 1970, ciertamente un álbum como este fue una experiencia refrescante y totalmente alucinante para aquellos afortunados de ser jóvenes exploradores musicales en ese momento, en mis catorce años ni pensaba oír esta joya que descrubi a mis 22 y aun sigo escuchando y disfrutando como la primera vez. Con una formación de músicos que engalanarían la importancia de ECM en la trama del tiempo, Solstice es un tour de la musicalidad, la escritura, el arreglo y la grabación. Cada pista está llena de vida y presenta la aplicación sensible de una variedad de combinaciones instrumentales y conocimientos de estudio. Como diría mi amigo Jose Mayorga, esto tiene 50 años de adelanto musical y creo que aun sigue sumando.
Paisajes y momentos de una espiritualidad intensa que trasciende lo verbal; una oda silenciosa a la pradera, a las hojas de los arboles arrastrados por el viento, a las nubes o al inmenso océano. Todo eso se puede encontrar en el sonido cristalino de la guitarra de Towner el cual también aquí lo escuchamos tocando el piano, en el sinuoso contrabajo de Weber, en el maravilloso saxofón de Garbarek y en el delicado entramado de ritmos de la batería de Christensen.
Que se venia gestando en ese momento en la escena del Jazz en ECM, Weber había sacado su opera prima Los colores de Chloe, un trabajo ambicioso de lo que podría llamarse jazz sinfónico, pintoresco, romántico, a veces rítmicamente involucrado, en otros minimalista, en Garbarek podemos ver su tercer álbum su 2do para ECM Sart,el cual refleja tanto la fusión de finales de los años 60 de Miles Davis como las odiseas de saxo libre de Coltrane y Albert Ayler (en las disonancias altas y chillonas de Garbarek), y viene aqui el ingrediente secreto en la batería de Christensen que necesita Towner para preparar este Disco que llevó el caché del guitarrista brillante a un nivel mucho más alto, especialmente como compositor.
El Disco comienza con el increíble tema "Oceanus" que comienza con la guitarra en cascada de Towner, seguida por el bajo sinfónico de Weber, una línea de batería oscilante de Christensen con Garbarek ' el cual entrelaza con capas de soprano curvas atmosféricas y dramáticas contrastando timbres, simetría y colores inusuales. muestra a Garbarek en su mejor momento, volando con un registro emocional desenfrenado. Como siempre, las 12 cuerdas de Towner hablan en 360 grados. La excelente batería de Christensen complementa las exuberantes líneas melódicas de Weber, que estira un violonchelo melódico hasta el infinito mientras su bajo surge como el efecto cónico de una gota de agua.
"Visitación" nubla este ardor en una visión nocturna llena de espíritus risueños. "Drifting Petals" es una progresión lenta, una mirada tímida a una llanura polvorienta donde la promesa de libertad se vislumbra más que la posibilidad de peligro. Pero entonces el consejo de un anciano suena en nuestros oídos y nos empuja hacia adelante. Los pies se mueven por su voluntad y nos empujan hacia el horizonte en constante retroceso cuando las primeras gotas de una ráfaga de agua cruzan nuestras frentes. Towner demuestra nuevamente que sus reflexiones sobre el piano no deben tomarse a la ligera, ya que constituyen una de las pistas más sugerentes del álbum. Un solo trascendental de 12 cuerdas (con el apoyo dimensional de Weber) abre "Nimbus" mi pieza favorita, que pronto florece en un ramo de flautas, tambores y un bajo arqueado que llora con la fluidez de una fuente ornamental . El saxo de Garbarek se une a la refriega y suelta su fuego armonioso. Las flautas hábilmente dobladas regresan, extendiendo sus alas por unos momentos antes de alejarse en la distancia. “Solsticio de invierno”, “Danza pisciana” y “Rojo y negro” comprenden un tríptico de duetos: el primero para guitarra clásica y saxofón, el segundo un excelente jam para 12 cuerdas y batería, y el tercero para 12 cuerdas y bajo. "Sand" termina nuestro viaje cósmico con una de las meditaciones más profundas de Garbarek para el saxofón con las ululantes extrañamente convincentes de la "flexatona" (Instrumento de percusión idiófono de golpe indirecto que consiste en una lámina de metal pequeña y flexible suspendida en un marco de alambre) que termina de Christensen pulsando en el fondo.
Melódicamente robusto y estructuralmente productivo, este es un álbum para ser atesorado y debe ser escuchado por cualquiera que desee saber de qué se trata ECM. Una sorprendente reunión de mentes musicales si alguna vez hubo una. Así que sin mas preámbulo los dejo para que disfruten esta maravilla de ECM, el Vídeo es del concierto de gira en la Ciudad de Molde en Noruega en el año 1978.
Excelente!
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